domingo, 17 de marzo de 2013

Brooks Glycerin 10


Desde el mismo instante en que recibí la propuesta de Brooks de probar su material para darlo a conocer me puse a pensar en cómo trasladar mi opinión, mis conclusiones, mis experiencias. Yo no soy una persona que mira el material que uso al detalle, así que mi primera idea, y que mantengo, es haceros llegar mis impresiones de la forma más natural y espontánea posible, sin muchos detalles técnicos que a veces ni entendemos los que estamos en esto.

En mi caso, como ya adelanté en la entrada anterior, en lo que a zapatillas se refiere, mi compañera de fatigas serán las Brooks Glycerin 10. Como bien indica el número, es la décima versión de un modelo que se ha ido afianzando año tras año entre la multitud de corredores populares que vamos de un lado para otro, entrenando y compitiendo, disfrutando de una de las cosas que más nos gusta: correr.

Las Glycerin son unas zapatillas destinada para corredores de pisada neutra, cuyo peso esté en torno a 75kg, tanto por arriba como por abajo. Cuando me las calcé por primera vez, la sensación fue idéntica a cuando estrené sus antecesoras, las Glycerin 9: se ajustan como un guante. Desde siempre, los modelos de Brooks, a simple vista, podían parecer unas zapatillas “mazacote”, grandotas, pero una vez que se enfundan en tus pies esa sensación desparece, ajustan a la perfección y te aportan una seguridad pasmosa.


Siempre que he estrenado un modelo de zapas he sido muy cauteloso con los primeros entrenos. Nada de series, nada de rodajes largos ni sesiones más comprometidas. Rodajes cortos y medios para aclimatarnos, para ir rompiendo el hielo y para conseguir que nuestra relación sea lo más estrecha y fructífera posible. Lo hago así porque no me gustan ciertos experimentos y porque siempre tengo ligeras molestias en el medio pie cuando realizo los primeros kilómetros con unas nuevas zapas.



Hasta hoy han sido tres semanas de entreno con las Glycerin 10, sobre todo durante los calentamientos antes de las series y los rodajes, tanto contínuos como en progresión. A día de hoy la conclusión es la misma que la primera sensación: se adaptan como un guante a tus pies. Una vez en marcha, te sientes cómodo con ellas, con ganas de correr de lo lindo.

Son unas zapatillas que te aportan equilibrio, cuya amortiguación es la ideal para el tipo de corredor que mencionaba anteriormente. Te sientes cómo, a gusto, con ellas sin notar que mengüe la amortiguación con el paso de los kilómetros.

Brooks Glycerin 10 versus Brooks Glycerin 9

Aunque su peso ronda los 340grs., los corredores tipo antes mencionados para nada percibirán nada de sobrepeso en sus pies, ya que el resto de cualidades contribuyen a que puedas ir corriendo a ritmos populares entre 4 y 5 minutos por kilómetros, incluso más lento, sin la menor merma de sus cualidades.

El tejido de su parte superior la hacen bastante transpirable, algo que se agradece a medida que vamos devorando kilómetros y kilómetros. Además, cuando escribo esto hace un rato que he acabado un rodaje en progresión bajo la lluvia y os puedo confirmar que, excepción hecha de algún acerado con mármol que tenemos en el pueblo, se agarran a la perfección al asfalto y en ningún momento he tenido la sensación de que las zapatillas se empaparan ni llegaran a encharcar, lo que es un punto importante a su favor cuando corremos en circunstancias meteorológicas desfavorables.

Buen día para poner a prueba a las compis Glycerin 10

Aunque para gustos ya están los colores, un aspecto a destacar es el cuidado que van mostrando en Brooks hacia la estética de sus productos, que mejora temporada tras temporada, lo cual les ayudará a seguir creciendo en número de adeptos por la perfecta conjunción entre sus cualidades técnicas y las estéticas, punto que no debe quedar en el olvido por parte de ninguna marca, pues las zapatillas suelen entrar mucho por los ojos, por encima de cuestiones técnicas y opiniones de gente más o menos experta en material atlético.

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